viernes, 4 de mayo de 2018

Lamento.


Tengo un cuaderno sin estrenar
que aún espera que mi mano
trace círculos de espuma
sobre la arena de los sueños.

Lo cerró bruscamente el ruido
de la puerta que cegaron a mi espalda
la sombra de mis miserias,
la dependencia ciega y servil.

Desandé en un instante
toda la luz de los comienzos,
todo el deseo de verso y piel.

Y atravesé de nuevo ese umbral
que a ti te convierte en quimera inalcanzable
y a mí en una dolorosa disutopía.

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