lunes, 9 de abril de 2018

ITACA: 25 años de rebeldías.



Para mí es siempre un placer volver a un lugar en el que me siento como en casa, sea para acodarme en ese trozo de barra que creo aún conserva la forma de mi antebrazo; para saludar y mantener una conversación entre amigos; para asistir a algún evento o, como ahora, para subir a esta tarima mágica y ponerme delante de un micrófono.
Cuando Perico me planteó hacer un recorrido por la vertiente socio-política de este lugar, cuyo aniversario celebramos, la verdad es que no me lo pensé. Aunque cuando cogí el coche para volver a Cartagena ya me estaba arrepintiendo.
Son, se dice pronto, 25 años. Para algunos, aunque sea por poco, más de media vida. Y son tantas cosas, tantos instantes, tantas historias,... imposibles además de condensar en una intervención breve ni de detener en una foto fija. No es tarea fácil plasmar esta mirada al ayer y al hoy de esta cafetería.
Pero sí que es verdad que un día como hoy merecía que recordáramos que este ha sido y es, entre otras muchas cosas, un espacio de rebeldías.

También es cierto que estas mesas y esos taburetes han sido testigos de muchísimas más cosas: Exposiciones, recitales de poesía, presentaciones de libros o revistas, conciertos, micros abiertos, talleres,...
Esa máquina de café ha velado con su ruido por la intimidad de no pocas conversaciones. Algunos rincones han protegido besos clandestinos. Y hay quien ha encontrado aquí el amor de su vida (en algunos casos, más de una vez).
Pero no deberíamos olvidar que, al margen de nuestras historias personales y de los momentos de ocio y diversión que hayamos podido disfrutar aquí; esta Itaca ha sido y es un punto de referencia en el quehacer de los nuevos movimientos sociales y las formas alternativas de entender lo político.

Si esto fuera un artículo en condiciones, podría llevar por título una idea del propio Perico: “De la insumisión a las vías”. Obviamente en el cuerpo de ese texto habría que explicar mucho de lo que el título no recoge; pero tiene a su favor que transmite algo de lo que estas paredes se han empapado: Inconformismo, insolencia, desobediencia, participación, afán de justicia, deseo de cambio, ánimo transformador,...
No es que Itaca haya sido el epicentro de todas las dinámicas alternativas y transgresoras de los últimos veinte y cinco años; pero sí que ha sido un testigo excepcional de buena parte de ellas, además de un lugar de difusión y transmisión de la contra-información y un altavoz de un sin número de propuestas y reivindicaciones.
También ha sufrido en sus carnes los ciclos, vaivenes y altibajos que sufren todas esas iniciativas ciudadanas. Ha atisbado horizontes desde la cresta de la ola y se ha dolido del golpe cuando esta ha roto contra las rocas.

Sería un trabajo inmenso rememorar las ruedas de prensa que se han realizado aquí, más o menos donde estoy, con el vuelo de este búho que observa desde el mosaico palabras y argumentos.
Cuántas octavillas y panfletos han poblado esta o aquella mesa; cuántos carteles las columnas interiores o la doble puerta; cuántas revistas la barra o las lejas;...
Aquí se han distribuído clásicos de la prensa alternativa como 'El ecologista', 'Sale el... Arcoiris', 'Mundo Obrero', 'Nuestra Bandera', 'Viento Sur', 'Info-liberación' o 'Página Abierta' por citar, de forma injusta, sólo algunas cabeceras.
Estos cristales han visto cómo algunas convocatorias pasaron de estar firmadas por La Garba Ecologista para serlo por Ecologistas en Acción. Y antes de que las mareas lo iluminaran todo con sus colores, ya había una corriente alterna en un sentido y otro de esas puertas.
En esos pasados, cercanos a los inicios de lo que quiso también ser librerías además de cafetería, quedaron las viejas siglas de lo que dió en llamar 'la vieja extrema izquierda'. Y había un cartel, en lo que hoy es el rincón de los juegos, que en italiano recordaba que eramos -somos y sois- la juventud rebelde y combativa.

Para qué negarlo. Itaca ha sido testigo a veces de discusiones monumentales, sectarismos extremos, prepotencias de uno y otro signo,...
Pero también de todo lo contrario, uniendo a personas de muy diferentes criterios en debates saludables.
De hecho este ha sido y es un rincón acojedor y de acojida, un espacio solidario, una isla de cariño,... donde pueden sentarse las bases de eso tan difícil a veces como es la confianza.

Y si se trae a colación aquí, entre medias, es para subrayar el recuerdo del eco y la ayuda que aquí encontraron las voces de socorro y denuncia de muchas, muchísimas personas, que han atravesado desiertos, mares, oceános,... para preservar, por un lado, la vida; pero, sobre todo, la dignidad.
Y vuelvo a ser injusto recordando sólo algunos nombres, sea el Comité de Solidaridad con América Latina, en la lejanía de los años; SOS Racismo o el Círculo de Silencio, más recientemente.
Aquí se ha generado un clima abierto e incluso seguro para romper muchos tabúes; acogiendo desde feminismos radicales y las organizaciones de defensa de los derechos de gays y lesbianas; hasta la visibilización de la bisexualidad que rompía , por ejemplo, los esquemas previos de dichos movimientos. Por no hablar de la apertura plural de lo identitario, más allá incluso de las perspectivas trans o las teorías queer.
Y rompiendo lógicas temporales; aquí se ha generado el calor humano que ha hecho posible (ahí es nada) la celebración de fiestas previas al ingreso en prisión de quienes un día decidimos que nacimos para ser libres, no vasallos; que apostamos por culturas de paz y que le negamos al Estado la potestad de imponer un impuesto de sangre y carne con la mili.
El trabajo del MOC, Mili KK o la Coordinadora Antimilitarista ya dejaban entrever entonces lo difícil que es, en este mundo en que vivimos, hacer que una cultura de la desobediencia se extienda.
Pero no es imposible. Ahí están el 15 M o, atravesando el tiempo, la lucha por el soterramiento de las vías y la defensa de una ciudad, simplemente, humana.

Me dejo muchas cosas en el tintero: Movimiento estudiantil, sindicalismos alternativos, partidos,... Una indagación más exhaustiva requiere más de una sóla voz y otro método.
Tampoco hablo abiertamente de derrotas. Aunque hace tiempo que sabemos que “la revolución es como la más bella historia de amor (…) y todos los amores tienen un terrible enemigo: El tiempo”.
Pero estamos de celebración, así que otro habrá de ser el momento para los matices, las puntualizaciones y una mirada más crítica y autocrítica.

Añadir una idea necesaria: Si Itaca ha sido y es un espacio de rebeldías; es y debe ser un espacio de memoria.
Para que no olvidemos.
Ubicar nuestra historia en un relato plural puede ayudarnos a afrontar muchos de los retos que hoy tenemos.

Para terminar; es imposible hacer memoria de todos estos años y reivindicar dicha memoria para hoy, para mañana y para pasado mañana, sin recordar que no estamos todas y todos; que en este cuarto de siglo, desde el comienzo de esta andadura y hasta antes de ayer mismo, hay peraonas a las que quisimos y queremos que hoy habitan en nuestros recuerdos.
A ellas un brindis especial y una promesa: La de seguir haciendo de cada lágrima el espejo de un mundo mejor.

Vayámonos más al pasado para entresacar algunos versos de aquella 'Milonga del Fusilado':
Mi tumba no anden buscando
porque no la encontrarán.
Mis manos son las que van
en otras manos tirando.
(…)
Y sepan que sólo muero
si ustedes van aflojando”.

No aflojar.
O, lo que es lo mismo, seguir; más que resistir.
Seguir para que no caigan en el olvido ni personas, ni ideas,... ni lugares.

Y, en ese sentido, culmino con una referencia a esta casa:
Vivo en una ciudad en la que me muevo con personas que laboran por extender iniciativas sociales y culturales de todo tipo. Y en algunos círculo se repite una idea: “Si tuviéramos aquí un Itaca”.
No se valora lo que se tiene hasta que se pierde. No lo perdamos.

Lo dicho: No aflojar. Seguir.

Nos vemos en Itaca.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Gracias, guapetón!!!!!

jfbmurcia dijo...

Cuántas luchas y cuántas ilusiones han salido de ahí. Enhorabuena. Saludos.