sábado, 22 de mayo de 2010

Habitar la red.



Alejadas en el espacio, apenas han coincidido en el tiempo sendas exposiciones de fotografía que plantean una mirada plural al habitar humano y sobre las que me permito esbozar una primera reflexión, que me gustaría poder profundizar y modelar más adelante.
La recién finalizada ha ocupado parte del Tenerife Espacio de las Artes (TEA) desde el 26 de Marzo al pasado 3 de Mayo; reuniendo, bajo el título “Estancias, Residencias, Presencias (Una construcción particular)” una muestra colectiva extraída de los fondos de la Colección Bragales.
Por su parte, la que acaba de abrir sus puertas en el Espacio Cultural Caja Madrid de Barcelona, organizada por la Fundación Photographic Social Vision, propone bajo el título “Doméstico / Domestic” una exploración de este ámbito que se prolongará hasta el 27 de Junio.

La primera de ellas juega con las tres ideas recogidas en su título, girando en torno a lo que considera tres de los pilares del mundo: La creación, apropiación, recreación, transformación,... de estancias; las formas de habitarlas, residirlas, ocuparlas,...; las maneras de hacerse presente en ellas, o frente a ellas, o pese a ellas,... incluso contra ellas.
En tono a ese eje; instantes detenidos y narraciones concretas de paisajes, escenarios o personas invitan a un paseo en el que la mente puede esbozar reflexiones en las que se hilvanan lo individual y lo social; lo privado y lo público; lo urbano y lo no urbano; lo propio, lo colectivo, lo compartido; lo visible, lo invisible, lo oculto, lo ausente, lo nítido, lo borroso;... sin más límites que los de la imaginación y el atrevimiento.
Y ello tomando como referencia un breve pero intenso ensayo escrito por Martin Heidegger, publicado en 1953 pero basado en una conferencia suya de 1951, titulado “Construir, habitar, pensar”. Un texto que, en los tiempos que corremos, interesa releer sin viejos prejuicios o leer por primera vez sin ideas preconcebidas, sean nuevas o viejas (aunque siempre desde una perspectiva crítica y sin dejarse hipnotizar). Sobre todo por que no es mal punto de partida para seguir pensando en qué consiste eso de 'habitar' o si es posible participar, e incluso auto-determinar, la construcción de nuestras moradas.

La segunda de las muestras, comisariada por Arianna Rinaldo y Silvia Omedes, está formada por más de 300 fotografías de 80 autores seleccionadas y estructuradas con la firme voluntad de cuestionar el espacio doméstico. Catálogo y dossier insisten en la voluntad expresa de ofrecer a los visitantes la posibilidad de reflexionar sobre las diferentes concepciones de lo doméstico, desde su identificación con ámbitos cerrados y privados a su conversión en espacios abiertos, en red o globalizados.
Dividida en dos itinerarios, “Cada casa es un mundo” y “La casa en el mundo y el mundo en casa”, esa invitación a la auto-reflexión es también una invitación a la investigación de los muchos aspectos desconocidos y no conscientes de un ámbito tan cercano y, a la vez, tan plural. A ello contribuye el hecho de que, como la exposición del TEA, permite relacionar elementos diversos en reflexiones que no se reducen a la contraposición de dos términos (privado / público o casa / mundo, por ejemplo) sino que conforman espacios fronterizos e incluso híbridos a partir de lecturas abiertas y poliédricas sobre el espacio-hogar, los espacios circundantes o las dinámicas que se desarrollan en ambos.

En esas dinámicas juegan un importante papel las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, con Internet a la cabeza (pero no sólo). Y a ellas dedica un apartado la exposición barcelonesa. Centrarse aquí y ahora en ese aspecto supone renunciar a abordar otros debates posibles con raíz en ambas iniciativas, desde las diferentes vivencias del hogar -refugio, cárcel, placer, dolor,...- a la articulación de una poética de la habitabilidad, pasando por una genealogía de la intimidad que incluya recuerdos, objetos, cajas, maletas, libros,... fotos... y que no deambule muy lejos de una reflexión sobre la tríada “casa – cuerpo – mente”. Por no hablar de los directamente relacionados con la Fotografía, con la reapertura de los debates sobre la relación entre esta y la realidad; o sobre el papel de la revolución digital en el propio concepto de Fotografía, así como su influencia en otros modos, no sólo de ver, sino de mostrar y mostrarse, e incluso de ser.
Pero para acercarse a todos esos aspectos que aquí y ahora quedan en el tintero probablemente convenga detenerse antes en una mirada a la Red. No en vano su extensión (en una parte del mundo, fundamentalmente el enriquecido) ha supuesto importantes cambios en algunos usos y hábitos domésticos que obligan a ampliar, si es que no ha sustituir, algunos conceptos y términos con los que se venía definiendo y delimitando lo que se entiende por hogar.
El hecho de que parte del mundo encuentre una entrada a las casas a través de esa red de redes y que las casas puedan acceder a parte del mundo a través de una pantalla, un teclado, una cámara,... ampliando, no siempre consciente ni voluntariamente, los lugares de las intimidades; no puede ser obviado en ninguna reflexión sobre lo que significa, hoy, habitar espacios.

Un determinado uso (machacona y es probable que nada inocentemente repetido) del concepto 'redes sociales' ha hecho que, cuando se oye o lee esta expresión, se piense automáticamente en plataformas como Facebook, Tuenti, Twiter, Flickr,... que a la velocidad a la que van estas cosas probablemente se vean acompañadas o superadas por otras fórmulas en breve, pero que en cualquier caso son reflejo de ese universo cambiante y en constante gestación, que ha dejado obsoletas las primeras y segundas predicciones sobre el potencial de Internet y que, por lo que hace al objeto de estas líneas, fuerzan a repensar, incluyendo las implicaciones de esas redes, cuestiones como la ya citada intimidad, las identidades, las relaciones interpersonales, las sexualidades, los mecanismos y formas de la memoria, las distancias,... el habitar... o manteniendo el plural, los modos y posibilidades de ese habitar.
Todo ello sin perder de vista un mundo analógico-carnal, o espacios no tan digitalizados, que en la vorágine de titulares o dinámicas acríticas, a veces parece querer ser borrado la reflexión sociológica, política, filosófica,... y de la propia realidad. Como si las redes sociales, sin ir más lejos, no hubieran existido antes del ordenador personal o no subsistan en el entramado ciudadano bajo las más diversas formas (movimientos sociales, mecanismos de ayuda más o menos espontáneos, costumbres,...), pese a todo.
Y viceversa. Todo ello sin empeñarse en negar, ocultar o cercenar una realidad que está ahí, aquí, probablemente en el espacio que ha permitido llegar hasta este escrito a personas que no se conocen entre sí y que, de la misma manera que pueden coincidir en haberse suscrito a una revista de papel, han optado por navegar, incluso perderse, cuando no residir a ratos, enredados en un ciberespacio con permeables y borrosas fronteras entre lo tangible y lo intangible (¿como la vida misma?).
El icono que mandamos a través del Skype es un beso, no el sustituto de un beso. Aunque no sea todo beso y hayan otros. Con el sabor metalizado de la cerveza, por ejemplo. Y todo nuestro amor está detrás de un 'click'. Aunque ese click no abarque ni agote todo nuestro amor. Puede parecer una tontería, o un guiño romántico. Pero no son pocos los lugares de esta tierra que habitamos donde no siempre se puede besar como queremos ni amar (públicamente) a quien amamos... Y no son pocas las ocasiones donde beso, caricia, mirada, deseo,... encuentran su refugio entre cuatro paredes... Y no es baladí la cuestión de si la pantalla del ordenador es una prolongación de las cuatro paredes en las que esconderse o es una prolongación de las esquinas, calles, avenidas o alamedas en las que (se desea ) vivir libremente...

Precisamente las dos exposiciones que le han dado un primer impulso a este teclear tienen su reflejo en algunas de esas 'redes sociales telemáticas'. En ambos casos, aunque de diferente manera, excediendo los ámbitos y pretensiones de las muestras.
“El ojo instantáneo” es un espacio en Facebook (una 'página / club' ) promovido por el Centro de Fotografía 'Isla de Tenerife', vinculado al TEA. Recoge en su nombre el de una iniciativa nacida en el seno de la X Bienal Internacional de Fotografía de Tenerife (Fotonoviembre) y que se plasma en un muro que recoge las instantáneas de los y las internautas amigas de este ojo, en diferentes álbumes de fotografías.
El que se alimenta de ese muro plural está repleto de imágenes, de partida, sin concesiones a la técnica, directas, de una compleja simplicidad,... instantáneas, si se quiere, a la manera (no necesariamente con las maneras) de Cartier-Bresson y su instante detenido; realizadas desde lo que, en lo cotidiano, llama la atención y que alberga ya miles de puntos de vista sobre la realidad circundante.
Otros dos muestran las imágenes realizadas por y entre quienes, el primer sábado de cada mes, participan en una actividad que se lleva a cabo en el 'cuarto oscuro' del TEA bajo el título “Instand/Stand” y que consiste en reflexionar -con imágenes- sobre la mirada.
Y el cuarto recoge, bajo el mismo título de la exposición que se reseñaba al principio, la respuesta de quienes se acercaron física o virtualmente a ella y se encontraron con la invitación a fotografiar su propia estancia (habitaciones, salones, cocinas,...), su residencia (casas, barrios,...) y su presencia (la suya, la de otras personas, la sombra de quienes estuvieron,...). En este último caso, además de configurarse un álbum aún visitable en la red, se organizó la proyección de todas las fotografías en el propio espacio museístico, el pasado 2 de mayo, antes de la clausura de la muestra.
También en Facebook se encuentra Friends of Photographic Social Vision, en este caso en formato 'grupo' que pretende constituirse como una gran familia que cree que la fotografía es una buena herramienta para concienciar a la sociedad sobre las desigualdades sociales.
La fotografía entendida como herramienta de cambio social comprometida con la realidad es, precisamente, una de las señas de identidad de una Fundación que tiene otras ventanas digitales abiertas al mundo: Una página web que disecciona a la propia entidad y muestra sus proyectos y programas, entre otras cosas; vídeos que aprovechan un espacio como youtube para la difusión de iniciativas como la propia muestra Domestic o un espacio en Flickr (también en formato grupo) directamente vinculado a dicha exposición.
Al igual que en la propuesta de El ojo instantáneo – TEA, esta de Photographic Social Visión invita a quienes lo deseen a hacer crecer ese mural virtual con sus miradas al ámbito doméstico. Miradas que forman parte del material expositivo a través de los ordenadores de la sala de exposición y, a través de una selección de las fotografías presentadas, de un mosaico en una pared de la última sala de la exposición. Un epilogo visual -se dice en la convocatoria- que es una manera de representar a todos los que compartimos fotos de nuestra intimidad y realidad privada en la red.

La red, en ambos casos, permite romper con las dinámicas culturales basadas en las figuras del emisor activo y el receptor pasivo para generar espacios de participación pública que se adentran en museos o espacios culturales. Con sus límites, sin duda; pero profundizando en el camino abierto por otras iniciativas y apuntando a ritmos y rutas nuevos, que exceden (es de desear que con mucho) el contexto puntual en el que surgen.
Apuntan, sin ir más lejos, a determinadas maneras de estar en la Red. A maneras que implican hacer Red. Sin ingenuidades, a ser posible. Desde la conciencia de la tecno-dependencia y del analfabetismo tecnológico que, no tan poco a poco, se extiende en disimulada imposición como carácter genérico del usuario – residente de las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Y, sería deseable, desde la resistencia a esa tendencia.
El momento actual de Internet, en países como el nuestro, ya no es el de mera herramienta. No es el de 'usar', simplemente. Es el de 'estar' y el de albergar la impresión de 'tener'. “¿Estás en facebook?” o “¿Tienes Tuenti?” son expresiones ya más que coloquiales.
Sin perder el componente eminentemente comunicativo (correo electrónico, chat,...) el desarrollo de determinadas plataformas más que abrir una ventana nueva en los hogares ha ampliado los mismos y redefinido el propio concepto de hogar.
Habitamos la red... Aunque ese habitar no sea siempre un estar en paz o a buen recaudo, un cuidar y ser cuidado, un albergar seguro de recuerdos, sensaciones, deseos, proyectos,... Como tampoco lo es, tantas veces, el ámbito doméstico tradicional ni el entramado, mayoritariamente urbano, que lo rodea. Al igual que fuera de ella; nuestros hogares en la red, como nuestros perfiles e identidades (coincidan o no, que esa es otra, con los que manejamos cuando traspasamos en uno u otro sentido la puertas de nuestra vivienda) están sometidos a la máxima según la cual determinados poderes, más oscuros cuanto más fuertes, exigen y consiguen ciudadanos y ciudadanas de cristal.

Ser es habitar. Y habitar es construir. La cuestión es si queremos y podemos ser artífices activos y conscientes de esa construcción o si, por el contrario, no somos sino meros espectadores pasivos o inconscientes. Tener la posibilidad y la capacidad de auto-determinar voluntad y acción, de generar espacios dialógicos, en la red y fuera de ella; ese es el reto.
Para dejarnos seducir por algunas maneras de estar 'conectados' que en el fondo nos reducen a “ser los del último piso, de la calle aquella, donde nadie nos conoce y nadie nos necesita” que dicen Accidents Polipoétics; siempre estaremos a tiempo.




Algunos enlaces...

- El ojo instantáneo.
- Tenerife Espacio de las Artes - Centro de Fotografía 'Isla de Tenerife'.

- Friends of Photographic Social Vision.
- Photographic Social Vision.
- Domestic en Flickr.


- Yo en El ojo instantáneo:
a) Instantáneas.
b) Estancias, residencias, presencias.




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